Los Mismos Intereses.

25.04.2014 09:19

Hace unos momentos, me llegó una nota que se llama “Intereses muy Parecidos”, y habla de relacionarnos con personas que de alguna manera compartan intereses muy parecidos o cercanos a los nuestros.

Mientras leía la nota, veía la gran similitud que existe entre mi mujer y yo, y lo que por muchos años hemos tratado de hacer que mis hijas entiendan.

Esto dice la nota:

“Busca convivir con personas que tengan intereses muy parecidos a los tuyos, y si se trata de tu pareja, ¡mucho más aún! Es falso y tonto aquello de que vale la pena tener de pareja a alguien diferente a ti "para que se complementen". ¡No se van a complementar, se van a distanciar por ley de semejanza: "Lo semejante atrae a lo semejante y lo distinto repele a lo distinto". Esto es ley y la explico dramáticamente en mis conferencias….”

Cuando leí esto, pensé,  que bueno que el cuento de la Cenicienta acaba en “vivieron felices para siempre” y que no nos dejan ver cómo pasa la vida con ellos. ¿Te imaginas? ¿Qué tenían en común la Cenicienta y el Príncipe?.... ¡NADA!

La Cenicienta sabía de la existencia del príncipe porque pegaron su fotografía cuando hicieron la invitación al baile, en el que solamente estaban invitadas las doncellas de la comarca. Algo así. ¿Cuántas mujeres asistieron? Tomando en cuenta que no sabemos en qué año pero que sucedió hace muuucho tiempo y que en la comarca, tal vez habían unos 15,000 habitantes y el 60% eran mujeres… entonces tenemos que cerca de 4000 mujeres asistieron a ese famoso baile.

Los detalles los conoces así que no los mencionare, pero, ya bailaron, ya la encontró de nuevo, y deciden casarse. Ahora sí, entramos a los detalles. Desde los preparativos de boda… El príncipe le pregunta a la Cenicienta.. ”hum… mi vida, que es lo que te apetece que demos de cenar para la recepción de los invitados”… ¡Imagínate la cara de la Cenicienta! ¿Qué habrá respondido?... “hum…. Este… este… como ves y damos de cena, arroz blanco, pollo con mole y lo acompañamos con unos frijolitos… y para que se lo desatoren, damos agua de horchata… ¿te parece bien?.... ¡GULP!...  En lo que el príncipe le responde.. ”yo había pensado en una aperitivo frio que puede ser Bombón de queso de cabra y membrillo sobre una hojaldra de Parmesano, y un aperitivo caliente que pudiera ser Muslo de codorniz agridulce; de primer tiempo podría ser un Prensado de verduras a la brasa y langostinos en ceviche…. Etc, etc…. Y la Cenicienta.. “este…. Bueno, por eso decía que tu escogieras el menú, pero eso sí, las chelas no pueden faltar porque mi tío Liborio es bien pipa!!”

 ¿Cuánto tiempo de vida le das al matrimonio del Príncipe (que no sé cómo se llamaba) y de la Cenicienta?

Claro, por supuesto que no he de negar que matrimonios así sí se den y que todo va de maravilla, pero, son personas que se preparan para eso. ¿a que me refiero? La princesa Diana, se preparó! Y te repito lo que siempre he comentado, ¡PREPARACIÓN ES PODER! De hecho, si no mal recuerdo, la princesa Diana y el príncipe Carlos, alguna vez estudiaron juntos, en el mismo salón y en la misma escuela. (lo que me hace pensar que el príncipe Carlos era medio burro porque era más grande que la princesa Diana… en fin, ese es otro tema). Si la Cenicienta se hubiese preparado, otra cosa sería, pero no fue así, ¿en qué tiempo se pudo haber preparado la Cenicienta? La Cenicienta se la pasaba haciendo el aseo en la casa de su madrastra y atendiendo, cocinando, sirviendo, trapeando, lavando, y hasta vistiendo a sus hermanastras, entonces, ¿en qué momento estudió? ¿Me explico?

¿En dónde salen a colación nuestros hijos? En que procuramos darles lo mejor, en que mínimo procuramos que tengan una preparación, en que procuramos que tengan lo mejor. Esto sobre todo los que tenemos niñas. Pero de repente, se nos presenta un cuate que es todo lo opuesto a la cara de la moneda, lo primero que pensamos es… “¿Qué tienen en común mi hija y este hijo de… otra familia?

El problema, puede radicar en que, nosotros vemos a nuestros hijos e hijas con amor, pero es un amor diferente el de padres, al que les pueda dar otra persona que los haga sentir amados, una atención que le den a nuestros hijos y ese puede ser un detonante por el cual se sientan “enamorados” porque, de igual manera, como el amor no es el mismo, así las atenciones son y se sienten diferentes. Ejemplo: En mi caso, a mis hijas siempre les abrí la puerta del carro y ahora, cuando tengo oportunidad, también lo hago con la intensión de que no permitan que un cuate llegue y les diga “ay súbete al coche”, ¡no! Si no que estén acostumbradas y que pidan como mínimo les abran la puerta del auto. Pero, la atención no es la misma, ellas sienten que encontraron a su “Príncipe” cuando les abren la puerta del carro y no toman en cuenta que tú se las has abierto durante ¡TODA LA VIDA! Así son y así fuimos como hijos.

Sí ambos caminan en la misma dirección, hay empatía. Sí ambos VEN en la misma dirección, pueden complementarse. Sí ambos tienen intereses similares ¡ya la hicieron! Pero si conoces a alguien que no camina a tu propio ritmo y en la misma dirección, no trates de cambiarlo porque no cambiara y mucho menos serán compatibles en un futuro. En alguna ocasión, una de mis hijas me dijo, cuando me escucho decir que “el ejemplo arrastra”… “es que con mi ejemplo lo voy a arrastrar hasta que sea parecido a mi”. Resultado: fue hace como tres novios antes del que tiene ahora.

Concluyendo. No es lo mismo amor que compañía, no son sinónimos, no son equivalencias, no significan etimológicamente lo mismo. Puedes estar rodeado(a) de amigos pero no son tu complemento como pareja, son tus amigos y en ese momento puedes estar en compañía, pero no de pareja, no con amor de pareja. ¿Cómo saber quién es el bueno(a)? Cuando te complementes, cuando sientas que caminan en la misma dirección, cuando tengan necesidad de crecer juntos y caminen al mismo ritmo, cuando te emocione saber que está creciendo como ser humano o profesionalmente, o mejor aún, que a ambos les emocione que van creciendo al mismo ritmo, apoyándose, cuando los motive la misma aspiración.

Quítate la venda de los ojos, no te engañes con gente que no va hacia el mismo camino que tu, rodéate de gente que aspira a tener y poseer los mismos ideales que tu. Mira, es muy simple: Un jugador de futbol, ¿está rodeado de beisbolistas? ¡¡POR SUPUESTO QUE NO!! ¿Me explico?

Que Dios te Bendiga y si tienes algo que comentar al respecto, Me ENCANTARA recibir tus comentarios.